martes, 13 de noviembre de 2012



EL JUEGO Y EL NIÑO 






El juego es una actividad fundamental en el desarrollo del niño, hasta tal punto que va a influir tanto en su capacidad posterior para adquirir y asimilar nuevos aprendizajes, como en su futura adaptación a la sociedad imperante.

El juego podría considerarse una actividad social por excelencia, en la cual pueden verse claramente reflejadas las características del pensamiento, emoción y sentimientos infantiles. Toda la actividad humana surge de una necesidad innata de explorar y controlar el entorno, aumentando a su vez la motivación y la iniciativa, de tal forma que tanto los bebés como los niños de corta edad, aprenden a través del juego multitud de papeles distintos por medio de la observación y la imitación, normas sociales, etc., que les será posteriormente de gran utilidad en su vida adulta.


Aspectos para que el juego pueda considerarse educativo.

Para intervenir de una manera eficaz en el desarrollo del niño a través del juego, hay que tener en cuenta dos enfoques: 

  En primer lugar estaría el enfoque piagetano, consistente básicamente en observar para comprender. El observador se sitúa fuera del juego del niño y hace sus anotaciones, sin intervenir para nada en la conducta del niño.
  En segundo lugar, estaría la teoría o enfoque sociocultural del desarrollo, que se podría enunciar diciendo que es preciso observar para transformar. Es el adulto el que interviene en el juego del niño encauzándolo, haciéndolo progresar, poniendo al niño ante situaciones paradójicas, opuestas, cambiantes, etc.

En cuanto a los factores a tener en cuenta a la hora de practicar el juego desde un punto de vista educativo, podrían destacarse las razones que Kamii y De Vries consideran como necesarias para que un juego colectivo sea educativamente útil y que pueden servir a su vez como elementos útiles para la observación. Son las siguientes:

  Proponer algo interesante y estimulante para que los niños piensen y decidan por sí mismos cómo llevarlo a cabo.
  Posibilitar que los propios niños evalúen por sí mismos su éxito.
  Permitir que todos los jugadores participen activamente durante todo el juego, es decir, que se impliquen mentalmente adquiriendo a su vez un compromiso. 

Hay que resumir diciendo que el juego es la actividad que permite a las niñas y niños investigar y conocer el mundo que les rodea, los objetos, las personas, los animales, la naturaleza, e incluso sus propias posibilidades y limitaciones. Es el instrumento que les capacita para ir progresivamente estructurando, comprendiendo y aprendiendo el mundo exterior. Estos conocimientos que adquieren a través del juego les dirigen a reestructurar los que ya poseen e integrar en ellos los nuevos que van adquiriendo. Jugando, el niño desarrolla su imaginación, el razonamiento, la observación, la asociación y comparación, su capacidad de comprensión y expresión, contribuyendo así a su formación integral.


Además, que el juego es un recurso creador, tanto en el sentido físico (en cuanto interviene en el desarrollo sensorial, motor, muscular, psicomotriz, etc.), como en el sentido mental (el niño pone a trabajar durante su desarrollo todo el ingenio e inventiva que posee, la originalidad, la capacidad intelectiva, su creatividad, afectividad, etc.). El juego tiene, además, un claro valor social, puesto que contribuye a la formación de hábitos de cooperación, de enfrentamiento con situaciones vitales y, por tanto, contribuye en la adquisición de un conocimiento más realista del mundo.


Evolución del juego según Piaget

1.            Primeros meses a 1-2 años: Juegos de ejercitación destinados a la obtención del placer.
            
2.            De 2 años a 6 años: Son los juegos del "como sí" que agregan el símbolo y la ficción. El niño representa con gestos todo aquello que no está presente. Es la etapa del juego simbólico.

3.            A partir de los 6 años: Juegos reglados. Son una imitación del mundo adulto.


Evolución del juego según Anna Freud



Anna estudió como el niño evolucionó a través del juego desde el egocentrismo hasta el compañerismo. Habla de las siguientes etapas:

1.            Ego/Narcisista: Se muestra identificado con el objeto real. No existe una clara distinción entre el cuerpo de la madre y el suyo propio. Le interesan aquellos objetos que produzcan ruidos hacia la segunda mitad del primer año. Esta es una forma de descargar su agresividad. En esta fase o etapa los juguetes son muy ambivalentes así como los sentimientos que se vuelcan hacia ellos.
            
2.            Exhibicionista: Les gusta disfrazarse, hacer juegos que requieran mucha actividad psicomotriz, jugar a escenificar situaciones edípicas para así elaborar el conflicto edípico.
            
3.     Juegos más definidos y marcados por su sexo. A partir de los 5 años.

También consulta :

http://www.youtube.com/watch?v=5ZOErpZpBgc 

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