EL JUEGO Y EL NIÑO
El juego es una
actividad fundamental en el desarrollo del niño, hasta tal punto que va a
influir tanto en su capacidad posterior para adquirir y asimilar nuevos
aprendizajes, como en su futura adaptación a la sociedad imperante.
El juego podría
considerarse una actividad social por excelencia, en la cual pueden verse
claramente reflejadas las características del pensamiento, emoción y
sentimientos infantiles. Toda la actividad humana surge de una necesidad innata
de explorar y controlar el entorno, aumentando a su vez la motivación y la
iniciativa, de tal forma que tanto los bebés como los niños de corta edad,
aprenden a través del juego multitud de papeles distintos por medio de la
observación y la imitación, normas sociales, etc., que les será posteriormente
de gran utilidad en su vida adulta.
Aspectos para que el juego pueda considerarse
educativo.
Para intervenir de una manera eficaz en el
desarrollo del niño a través del juego, hay que tener en cuenta dos
enfoques:
•
En primer
lugar estaría el enfoque piagetano, consistente básicamente en observar para
comprender. El observador se sitúa fuera del juego del niño y hace sus
anotaciones, sin intervenir para nada en la conducta del niño.
•
En
segundo lugar, estaría la teoría o enfoque sociocultural del desarrollo, que se
podría enunciar diciendo que es preciso observar para transformar. Es el adulto
el que interviene en el juego del niño encauzándolo, haciéndolo progresar,
poniendo al niño ante situaciones paradójicas, opuestas, cambiantes, etc.
En cuanto a los factores a tener en cuenta a la
hora de practicar el juego desde un punto de vista educativo, podrían
destacarse las razones que Kamii y De Vries consideran como necesarias para que
un juego colectivo sea educativamente útil y que pueden servir a su vez como
elementos útiles para la observación. Son las siguientes:
• Proponer algo interesante y estimulante para que los
niños piensen y decidan por sí mismos cómo llevarlo a cabo.
• Posibilitar que los propios niños evalúen por sí mismos
su éxito.
• Permitir que todos los jugadores participen activamente
durante todo el juego, es decir, que se impliquen mentalmente adquiriendo a su
vez un compromiso.
Hay que resumir diciendo que el juego es la
actividad que permite a las niñas y niños investigar y conocer el mundo que les
rodea, los objetos, las personas, los animales, la naturaleza, e incluso sus
propias posibilidades y limitaciones. Es el instrumento que les capacita para
ir progresivamente estructurando, comprendiendo y aprendiendo el mundo
exterior. Estos conocimientos que adquieren a través del juego les dirigen a
reestructurar los que ya poseen e integrar en ellos los nuevos que van
adquiriendo. Jugando, el niño desarrolla su imaginación, el razonamiento, la
observación, la asociación y comparación, su capacidad de comprensión y
expresión, contribuyendo así a su formación integral.
Además, que el juego es un recurso creador, tanto
en el sentido físico (en cuanto interviene en el desarrollo sensorial, motor,
muscular, psicomotriz, etc.), como en el sentido mental (el niño pone a
trabajar durante su desarrollo todo el ingenio e inventiva que posee, la
originalidad, la capacidad intelectiva, su creatividad, afectividad, etc.). El
juego tiene, además, un claro valor social, puesto que contribuye a la
formación de hábitos de cooperación, de enfrentamiento con situaciones vitales
y, por tanto, contribuye en la adquisición de un conocimiento más realista del
mundo.
Evolución del juego según Piaget
1.
Primeros
meses a 1-2 años: Juegos de ejercitación destinados a la obtención del placer.
2.
De 2
años a 6 años: Son los juegos del "como sí" que agregan el símbolo y
la ficción. El niño representa con gestos todo aquello que no está presente. Es
la etapa del juego simbólico.
3.
A partir
de los 6 años: Juegos reglados. Son una imitación del mundo adulto.
Evolución del juego según Anna Freud
Anna estudió como el niño evolucionó a través del juego
desde el egocentrismo hasta el compañerismo. Habla de las siguientes etapas:
1.
Ego/Narcisista:
Se muestra identificado con el objeto real. No existe una clara distinción
entre el cuerpo de la madre y el suyo propio. Le interesan aquellos objetos que
produzcan ruidos hacia la segunda mitad del primer año. Esta es una forma de
descargar su agresividad. En esta fase o etapa los juguetes son muy
ambivalentes así como los sentimientos que se vuelcan hacia ellos.
2.
Exhibicionista:
Les gusta disfrazarse, hacer juegos que requieran mucha actividad psicomotriz,
jugar a escenificar situaciones edípicas para así elaborar el conflicto
edípico.
También consulta :
http://www.youtube.com/watch?v=5ZOErpZpBgc
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